No todas las parejas están ahora bajo el mismo techo. Es más, muchas de las relaciones actuales ni siquiera se reconocen abiertamente como una relación de pareja. Sin embargo, antes del confinamiento se veían con asiduidad, había conversación y también intimidad sexual.
La cuestión es que, previamente se ha creado un vínculo de intimidad entre dos personas, que por las circunstancias de aislamiento social actuales, ahora la relación se mantiene a distancia. ¿Cómo hacerlo gratificante para ambos y que no signifique cierto descuido o agobio para una de la partes?
Me encuentro con varios casos en que se producen desacuerdos y enfados porque las necesidades de contacto y atención no son las mismas. Lo que se traduce para uno de los dos como una falta de implicación, mientras que el otro siente agobio, o se percibe que no es aceptado.
De ahí que lo más difícil sea conciliar las expectativas que ambos tienen. Porque hay tantas expectativas como personas y lo milagroso no solo es que coincidan, sino que puedan bailar un rato juntas y en otro momento, por separado.
De alguna manera se trata de eso, de conjugar el espacio propio y la proximidad. Ahora más que nunca es muy fácil sentirse invadidos o abandonados. Porque son polaridades que pueden aflorar como una chispa, sin que sean el quid de la cuestión.
Como la propuesta es bailar juntos y también bailar separados, hay dos elementos que pueden ayudar para el cambio de perspectiva: el respeto y la libertad. Unidos a una herramienta esencial que facilita que las necesidades particulares coexistan: la Comunicación.
Así el cuidado y la atención, desde una comunicación empática, son el resultado natural de entender que el proceso actual pide adaptarse y aceptar. En todos lo sentidos, y sobre todo en pareja. El fundamento último del respeto y la libertad.
Porque comunicarse es algo más que decir lo que me molesta o lo que necesito. Requiere una mirada de conjunto.
Quizás un ejemplo ayude. Imaginemos que la relación tiene como escenario un plató de televisión. Vemos a cada uno por separado desde la perspectiva de una cámara que enfoca a cada uno individualmente.
Así, una vez he aclarado, primero conmigo mi necesidad, puedo ir a mirar por la cámara que enfoca al otro en la suya, antes de empezar a hablar. Porque así, decir lo que quiero es más fácil que sea escuchado, si puedo traducirlo considerando la necesidad del otro.
– No me has contestado y me he preocupado. (Ella)
– Que bien que pienses en mi, yo también me he acordado de ti. Me quedo más tranquilo si confías en que te tengo presente. (Él)
Decirlo así propicia ir a un plano general de los dos, con la cámara que sitúa a ambos en el escenario. Da la perspectiva de que aquello que dicen los dos ocurre en un espacio que es común para la pareja.
En este momento es un espacio común en el que ahora estamos separados físicamente. No nos podemos tocar.. Así que, si tengo en cuenta ese escenario común, es posible que pueda trazar puentes de unión. Quizás fijar una hora de encuentro al día. Como cuando quedábamos para tomar algo después del trabajo.
Y por último la perspectiva de un plano zenital,desde arriba, y así nos da una tercera vía a lo que estamos viendo. Se trata de esa perspectiva inesperada, o creativa, que nos permite darle la vuelta a situación.
– ¿Qué te parece si nos ponemos una cita y cenamos juntos?¿ videoconferencia y además, cada uno prepara su comida y luego nos sentamos, comemos y charlamos?
Desde ahí es posible que surja un compromiso creativo al deseo de mantener y hacer crecer el vínculo. Quizás también se pueda averiguar qué podría hacer cada uno por su cuenta para fortalecerse en el baile por separado.
Por ejemplo, qué me facilita estar en mi sin necesitarte; o qué despierta mi interés,en mi deseo de conocerte, para saber cómo lo llevas.
Cada cámara es un aprendizaje de autoconocimiento y de comunicación.
Estarás conmigo que no se consigue en un día, pero se puede probar las veces que hagan falta. Entonces uno empieza a comprender que el respeto a la propia necesidad empieza cuando aceptamos que la libertad para ser uno mismo, es un puente que nos une cuando se quiere compartir con autenticidad.
Artículo escrito por:
Graciela Large de la Hoz. Inteligencia Emocional y transcendente. Comunicación Integral en el Desarrollo del Potencial Humano. Coach del arte de ser tu y el juego de la Estación

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